viernes, 28 de septiembre de 2012

Cosas que se clavan.


Tu recuerdo hace conmigo lo que quiere.
No es justo. Nada es justo. Ni que hoy llueva.
Te echo mucho de menos. 
Iba a decir: te echo tanto de menos.... Pero la verdad, es que tanto, tampoco. 
Sólo mucho.
La ausencia de tus palabras ha sido como astillas clavadas en la garganta y en la punta de los dedos.
No termina de ser dolorosa, pero es un incordio y molesta. 
Cuando tienes una astilla clavada no te olvidas fácilmente de ella, hasta que no consigues extirparla. 
Y yo no consigo extirparte. 
Nunca. 
Del todo.

Etruska.   

sábado, 15 de septiembre de 2012

La insoportable levedad del ser.







Serie de autorretratos inspirada en el libro La insoportable levedad del ser.


El sábado y el domingo sintió la dulce levedad del ser, que se acercaba a él desde las profundidades del futuro. El lunes cayó sobre él un peso hasta entonces desconocido. Las toneladas de hierro de los tanques rusos no eran nada en comparación con aquel peso. No hay nada más pesado que la compasión. Ni siquiera el propio dolor es tan pesado como el dolor sentido con alguien, por alguien, para alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos. 
Texto: Milan Kundera. 


viernes, 14 de septiembre de 2012

Yo al amor me lo follo.




Ven y haz conmigo lo que quieras.
Hazme el amor de todas las formas posibles, tú que al amor te lo bajas por emule.
Cógeme por los tobillos y separame las piernas hasta que diga basta.
Si quieres me tumbo, para doblar la espalda, arquear el cuerpo y levantar la pelvis, mírame de cerca y desde abajo, pero acercarte aún más y derrámate en mí, llename de origen.
Partete la lengua entre mis muslos, como se parten las camas de un burdel, a lo bestia.
Derriba la última frontera, trazame y ven, que me voy.
Abre los ojos a ratos, para mirarme concentrada en el lunar de tu boca. Que tiembla mientras bramas y yo me asfixio como las flores en verano.
Junta la palma de tus manos con la planta de mis pies y bailame pegado hasta que digas que ya, pero aguanta un poco antes de decirlo.
Hazme con el dedo eso que parece que tuvieras una varita mágica, y y que yo, me quedará sin memoria.
Apriétame las nalgas sin compasión, que tus dedos se queden tatuados en mi piel y danos la vuelta aunque caigamos al suelo. Yo prometo encajarme en tus vértices, hasta que tu aliento comience a empañarme. Jadearás y sacarás las lengua como un perro, yo cerraré los ojos y abriré los labios, mi única intención en todo esto es ser un loba, con las tetas apuntado a tu frente y los ojos encendidos, así que no te extrañes si me da por arrancarte la piel a tiras. Aunque tú, sólo con ser, me venzas como se vence de un soplido a una hormiga.     

Etruska

jueves, 6 de septiembre de 2012

Textura de recuerdos imborrables.






El destino te trajo puntual a una esquina de mi corazón, encontraste en las costuras de mi cicatriz una escaleras para ascender, subiste sin pensarlo, con ansia y sin pudor, dos, tres, cuatro y mil veces, sin prisas y con tiento, me sentiste, me probaste, y sanaste con tus burdas y a la la vez tan delicadas manos, mis propias cicatrices. Desnudaste poco a poco cada resquicio de mi cuerpo, para vestirlo de tus caricias y besos, y el alma quedo sin traje también...