jueves, 18 de abril de 2013

Diferente siempre se escribe igual.


Tú te crees que eres diferentes. Pero no, eres igual de humano que todos.
Tienes miedos y dudas, y roña debajo de la uñas si te descuidas. Y barba de tres días cuando se hace lunes por la mañana, y erecciones involuntarias  o no, en la cola del supermercado cuando a la cajera le faltan botones a la altura del escote. Y mucha cara si te lo propones y poco vergüenza aunque no lo hagas. Y excusas para todos los gustos y mentiras para cada ocasión, y arrepentimientos que escondes debajo del colchón por las noches para poder dormir tranquilo. Y posiblemente un trabajo que mandarías a la mierda si no fuera por la hipoteca, y unos hijos a los que no soportas aunque quieras, y una mujer a la que no quieres pero soportas. Y cada vez menos pelo y más arrugas, y un coche bonito de alguna marca prestigiosa para depositar tu atención y el tiempo que te sobra. También puede tengas alguna mujer, que no es la tuya, que te pone las tetas en la nuca de vez en cuando.
¿Qué te crees, qué eres mejor que este montón de mierda que somos la humanidad? Despierta, porque la única diferencia que existe entre las buenas y las malas personas, es que las segundas se han cansado de fingir.

Etruska.