jueves, 1 de agosto de 2013

Contralluvia



Las gotas de la ventana siempre bajan con la misma impaciencia que la cremallera de tus pantalones, "no me gusta ver llover, me parece la cosa más tonta de mundo, pero luego siempre follamos" y tienes razón, en lo de follar digo, porque a mí en cambio si que me gusta, la lluvia me distrae, me gusta contar las gotas que se estampan en mi cara y se cuelgan de mis labios.
 Los días de lluvia los cines están llenos, y las calles vacías, o al menos más vacías que de costumbre. Además es un fenómeno meteorológico, y en el clima es en una de las pocas cosas en las que se puede confiar. Creo. Él si cumple sus promesas y amenazas, no como tú que se te va la fuerza por la boca. Supongo que yo también hago promesas promiscuas, cómo que te voy a querer siempre, pero una cosa es no cumplirlas y la otra no saber mirar a los ojos. El otoño sí que te mira a las ojos y cumple sus promesas; de hojas caídas, de ventanas salpicadas, de charcos en medio de tu camino, de viento que se cuela por debajo de todas las puertas que vas cerrando, para recordar que detrás, si las abres, sigue habiendo un mundo, son sus cosas bonitas, sus colores y toda esa la tristeza que ocupa las cuatro estaciones del año.
Lo mejor de los días de lluvia es que estamos tú y yo, en la cama, ajenos a todo, odiándonos y queriéndonos, si es que se diferencian en algo, comiéndonos los fríos de fuera, empañando los cristales, tú y yo, ajenos a este cáncer de planeta, a los carteles de D&G, tú y yo follando mientras millones de personas fuera se va corriendo hacia vidas que no quieren y no evitan, tú y yo ignorando que un día se acabaran todas esas promesas en las que nunca creímos porque nunca las necesitamos. Lastima, eres tan bueno prometiendo, espero que seas igual de bueno haciéndome saber cuando caducan.

¿Sabes? Si lloviera todo lo que llueve en los poemas no habría sequía. Mi madre siempre dice cosas así, la verdad es que no parece una madre, nunca le ha encajado ese rol, sin embargo cuando se muera la echaré de menos. Seguro. Siento no ser perfecta, ni quiera los días de lluvia en los que todo parece más bonito, no soy mi madre. En fin... que si cuento toda esta sarta de chorradas, es para llenar las páginas de un blog, ni siquiera para desahogarme, que una no es tonta y ya sabe que estas cosas pasan.

Etruska.