Anónimo y anonimato son dos palabras
que me gustan mucho, y nunca había reparado en ello, hasta que una
vez en mi blog alguien anónimo o desde el anonimato, como prefirais,
me dejó un comentario. Entonces empecé a pensar que me gustaba
mucho esa palabra. Me gusta como suena y me gusta el significado. Y
me atrae la idea de pensar que hay alguien por ahí, no sé dónde y
que no sé quién es, que me lee y me comenta. Me parece muy
excitante entrar así en la mente de una persona sin tan siquiera
proponértelo, y si lo piensas, también es un poco perturbador.
Imagina que entras en la mente de una persona y le remueves algo por
dentro, lo descolocas y lo desordenas de tal manera que esa persona,
sólo por leer algo escrito por ti, ya no vuelve a ser la misma, que
en su cabeza algo hace clip y se enciende una lucecita, una luz muy
pequeña y muy débil pero que alumbra un poquito más allá de hasta
dónde él podía ver, que amplia su pequeño y particular horizonte,
o que deja de mirar la vida como si la vida fuera eso, un horizonte,
algo lejano, que parece que está ahí y lo puedes tocar si alargas
la mano, pero que en realidad, es inalcanzable. Y qué esa luz le
muestra que no sólo puede ver lo tiene enfrente de sus narices, sino
más allá, mucho más allá, y si gira la cabeza también puede ver
lo que hay a los lados, y si se da la vuelta puede mirar detrás
suya. Quizá os parezca una gilipollez todo esto que os estoy
contando, puede que lo sea, pero hay gente que se empeña en aprender
muy bien la lección que otros le dan sobre lo que es la vida, bueno
hay gente que se empeñan en aprender todo tipo de lecciones que le
dan los demás, como si las vidas del resto fueran transmisibles y
pudieran hacer uso de ellas. Otros, en cambio, deciden averiguarlo
por su cuenta. Este tipo de personas me gustan, suelen ser las que
tienen más preguntas que respuestas, y no se empeñan en mostrar a
nadie el camino “acertado” Aunque todo esto que os cuento es
cuestionable y mi debate interior al respecto daría para otro texto
porque no deja de ser una interpretación, en mi opinión todos
oscilamos entre los dos extremos sin darnos cuenta, es por eso que me
gusta y me perturba la idea de que alguien anónimo haya leído algún
texto mío y se haya marchado con alguna lucecita encendida que le
revele algún que otro interrogante más.
Etruska 16.
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