La tormenta eres tú, que vienes a
embotarlo todo, a nublarme los sentidos, a tronarme en la cabeza, a
mojarme entre las piernas y a pintarme nubes blancas en las nalgas.
Yo el desierto, con estas dunas
ardientes, esta explanada tan árida, estos vientos implacables, y
todos los oasis que me definen y que no son más que espejismos.
Y ya sabes lo que pasa cuando hay
tormenta en el desierto,¿ no?
Que no hay un puto sitio donde poder
refugiarse.
Etruska.
La tormenta está en ti que esperas la nube para crear el relámpago, el agua para lamer las heridas, el viento para anidar en él...
ResponderEliminarA veces en el espejismo es donde la verdad florece...
Encantada de visitar tu blog. Muy bueno!
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