miércoles, 18 de junio de 2014

Esta tristeza mía.


Hace tiempo que no me desollo viva.
Ahora paso la yema de los dedos por las cicatrices de tiempos pasados, y me parecen de otra vida. Ya casi no recuerdo como me las hice.

No sé exactamente desde cuándo, no sé qué día ni en qué momento sucedió que empezó a cambiar todo, y es que ahora cuando me miro al espejo, me devuelve una imagen de alguien dura y envolvente, lejana y cercana... y desconocida. Y pienso, si la tristeza tuviera un rostro, sería muy parecido a este. Porque aunque ya no voy dejando pedazos de mi piel por las esquinas, aunque ya no sangro, ni me arranco el corazón a cachos, la tristeza se ha ido instalando sutilmente en mí, compartimos el mismo recipiente, somos el mismo concepto, como dos atomos que se han juntado para formar un sólo elemento. Y si no te lo crees tan sólo tienes que mirarme a los ojos.    
Etruska.

1 comentario:

  1. Tu mirada dice mucho más que tristeza, habla de alguien decidida a levantarse, de alguien a quien los golpes no terminan de arrancar de su destino, sea éste el que sea...

    Me alegra poder mirarte para comprender...y ahora comprendo.

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