Las
gotas de la ventana siempre bajan con la misma impaciencia que la
cremallera de tus pantalones, "no me gusta ver llover, me parece
la cosa más tonta de mundo, pero luego siempre follamos" y
tienes razón, en lo de follar digo, porque a mí en cambio si que me
gusta, la lluvia me distrae, me gusta contar las gotas que se
estampan en mi cara y se cuelgan de mis labios.
Los
días de lluvia los cines están llenos, y las calles vacías, o al
menos más vacías que de costumbre. Además es un fenómeno
meteorológico, y en el clima es en una de las pocas cosas en las que
se puede confiar. Creo. Él si cumple sus promesas y amenazas, no
como tú que se te va la fuerza por la boca. Supongo que yo también
hago promesas promiscuas, cómo que te voy a querer siempre, pero una
cosa es no cumplirlas y la otra no saber mirar a los ojos. El otoño
sí que te mira a las ojos y cumple sus promesas; de hojas caídas,
de ventanas salpicadas, de charcos en medio de tu camino, de viento
que se cuela por debajo de todas las puertas que vas cerrando, para
recordar que detrás, si las abres, sigue habiendo un mundo, son sus
cosas bonitas, sus colores y toda esa la tristeza que ocupa las
cuatro estaciones del año.
Lo
mejor de los días de lluvia es que estamos tú y yo, en la cama,
ajenos a todo, odiándonos y queriéndonos, si es que se diferencian
en algo, comiéndonos los fríos de fuera, empañando los cristales,
tú y yo, ajenos a este cáncer de planeta, a los carteles de D&G,
tú y yo follando mientras millones de personas fuera se va corriendo
hacia vidas que no quieren y no evitan, tú y yo ignorando que un día
se acabaran todas esas promesas en las que nunca creímos porque
nunca las necesitamos. Lastima, eres tan bueno prometiendo, espero
que seas igual de bueno haciéndome saber cuando caducan.
¿Sabes?
Si lloviera todo lo que llueve en los poemas no habría sequía. Mi
madre siempre dice cosas así, la verdad es que no parece una madre,
nunca le ha encajado ese rol, sin embargo cuando se muera la echaré
de menos. Seguro. Siento no ser perfecta, ni quiera los días de
lluvia en los que todo parece más bonito, no soy mi madre. En fin...
que si cuento toda esta sarta de chorradas, es para llenar las
páginas de un blog, ni siquiera para desahogarme, que una no es
tonta y ya sabe que estas cosas pasan.
Etruska.